El nuevo "yo"
A pesar de que en la construcción del laberinto hubo riñas y disputas, el resultado fue lo que se había planificado originalmente. Incluso, mucho más de lo que se esperaba. Ocho pirámides de piedras, cuyos bordes simbolizaban el número de participantes del proyecto Doctor Life. El territorio en el que se construyó el laberinto estaba todo alumbrado por luminosas antorchas.
Piedras ordinarias, recogidas por los miembros y colocadas en forma de un peculiar dibujo, han pasado a tener ahora un profundo significado y una fuerza extraordinaria, siendo los elementos básicos de una estructura misteriosa. La semioscuridad y los sonidos suaves y encantadores de los tambores de madera llegaron a crear la armonía deseada.
"Perdóname mamá, perdóname hermano, perdónenme todos aquellos que murieron de sobredosis conmigo... Aquel que pinché por primera vez, aquel que engañé..." |
Entrar en este laberinto no podía todo el mundo. Es por eso que en la entrada del laberinto había dos oráculos. Antes, estos profetas eran considerados como la puerta santa por la cual se podía comunicar directamente con la divinidad, hacerle preguntas. Esto y no solo esto hicieron nuestros participantes.
Anatoly Nesmiyanov fue el primero en realizar este ritual. Durante todo su camino hacia el centro del laberinto y de regreso, el participante de Magadan le pidió perdón a todos aquellos que les había causado dolor alguna vez .
"Perdóname mamá, perdóname hermano, perdónenme todos aquellos que murieron de sobredosis conmigo... Aquel que pinché por primera vez, aquel que engañé...",- decía él con lágrimas en los ojos.
Saliendo del laberinto no pudo contener las emociones su novia Ekaterina. Hubo un momento en que se adueñó de ella un extraño temor, y se sintió un poco confundida dentro de sí. Recordemos que el paso a través del laberinto simboliza el restablecimiento, la transformación, como si volvieras a nacer de nuevo.
"Esto nos dice que en el alma hay un caos..." - comentó la psicóloga Fátima Raimkulova.
"Cuando volvía de regreso, me puse a pensar en el futuro, y en mi futuro esta enfermedad no tenía lugar". |
Le fue también difícil pasar por el laberinto a otra participante - Irina. Lo construyó al parecer ella misma, se conoce cada piedra, y como resultado, algo inesperado, a pesa r de conocer el camino aparece una mirada confundida y el deseo de no perderse en el camino.
"A medida que entraba en el laberinto, pensé en un primer momento, si iba o no iba bien. No se terminaba y no se terminaba, no veía el final. Salí mareada, con náuseas, sería por las vueltas que dí ,o que sé yo. Incluso no podía decir nada ", - dijo.
Y el italiano primero no creía mucho en la idea y la fuerza del laberinto. Por eso fue el último en pasarlo, previamente escuchando a todos los sietes participantes. Después dijo:
"Cuando estaba arrastrando las piedras, me puse a pensar:" ¡Yo no soy tayiko, y no trabajo en la construcción! "Pero cuando entré allí, pasé por él y salí, Fátima me dijo:" ¿Pero si tu no creías? ". Me tomó la mano, y ella me temblaba mucho. En el camino de vuelta iba pensando en el futuro, y en mi futuro no se veía esta enfermedad!"
Por cierto, el miedo lo experimentaron todos los participantes. Pasando por cada espiral del laberinto, se iban dando cuenta de quiénes eran. En el camino de vuelta, todos sin excepción querían ir más rápido - encontrar otra vida con ideas positivas y un nuevo "yo".
Comentarios:
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Ana 19.11.2012, 17:40
¡Se ve magnifico! espero que esto les ayuda a los chicos! animos amigos!
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