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Los héroes del programa reconocen que se sienten como si estuvieran de vacaciones. Los paseos sin preocupaciones al aire libre y las pláticas en la piscina ya son parte de de la terapia, mientras que las reuniones nocturnas acompañadas de una taza de té ya se han hecho cotidianas.

Muchos de los participantes se asombran de que han vuelto a ver sueños. El abuso prolongado de las drogas duras provoca la ausencia de sueños. Como algunos reconocen: antes simplemente caían devastados en la profundidad de un vacío oscuro.

“He comenzado a soñar, ahora no sé si después del primer o segundo bloqueo. No puedo decir con seguridad. Lo que más me agrada es que fueron sueños buenos. No me despertaba aterrado ni envuelto en el frio sudor de siempre. La verdad es que no los puedo recordar, pero me despierto con una sonrisa”, – dice el Italiano.

La medicina explica el fenómeno de la siguiente manera:

“Como resultado de los procedimientos de limpieza y recuperación del organismo del paciente, se aclara la mente y se recuperan las funciones del sueño”, – comenta el galeno principal de la clínica Elchibai Junusov.

Además, después de cada “bloqueo”, los pacientes de hacen menos irritables. Victor Malleker, conocido por su carácter irascible, se muestra más sosegado.

“Ahora es más comunicable, habla y defiende sus opiniones. Todos los participantes, en general, se han abierto. Si antes respondían formalmente a las preguntas, ahora comparten sus emociones, hacen también preguntas a sus compañeros. Se nota que ha surgido un ambiente de confianza”, – dice la psicóloga Fatima Raimkulova.

Se mejora su estado físico también. Andrei Kroshanov reconoce que va en camino de la recuperación.

“ Ya casi no cojeo y mi brazo está sanando rápidamente”, - nos dice Andrei.

Solo es Alex quién se muestra un poco preocupado, pero comprende muy bien, que no tiene nada que temer, pues a su lado está su amada madre, un personal muy calificado y sus nuevos amigos.

“Existe cierta alarma ante lo que aún resta por pasar. Todavía está mal después del bloqueo. Como si ya hubiera pasado a veces sí, aveces no.”, – cuenta Alex.

En pocas palabras, los pacientes tratan de apoyarse unos a otros. Casi todo el tiempo lo pasan juntos, disfrutan de los días soleados y parecen más un grupo de turistas, que pacientes de una clínica de narcología. Claro, que todavía es muy temprano para alegrarse. Esa armonía puede ser solo una calma aparente antes de la tormenta.